Conoce el origen del Roscón de Reyes y su mejor receta. ¿Te atreves a hacerla?

El Roscón de Reyes se remonta a la época romana; aunque, en realidad, nada tenía que ver en su origen ni con los Reyes ni con el nacimiento de Jesús, sino que servía para conmemorar el fin de la temporada agraria allá en el siglo II a.C. Ahora, con el paso de los años y los siglos, celebrar la llegada de los Reyes Magos en casa, en familia, y comiendo este tradicional dulce, es finalmente eso: celebrar la vida con los seres queridos. 

Rey o haba: ¿quién pagará el próximo Roscón?

Este bollo navideño, en su origen romano, estaba hecho a base de miel o dátiles. Hoy, es una masa seca o rellena de nata o crema, con fruta escarchada o no por encima, pero siempre con sorpresas en su interior. Ya en el siglo III d.C empezó la tradición de esconder dentro del rosco un haba seca. 

En España no fue hasta la época de Felipe V que se puso de moda este hecho de meter en el roscón una figurita y un haba. En su caso, y en su época, se introducía una moneda. Hoy, el afortunado al que le sale la figurita de cerámica se convierte en “el rey de la fiesta” y, en cambio, aquel que casi se come el haba se compromete a pagar el roscón de las próximas Navidades. 

La receta (más sencilla) del Roscón de Reyes

Las formas de elaborar este dulce son muchas, y cada familia tiene su secreto. Aun así, la receta básica del Roscón de Reyes es muy sencilla: harina, levadura, agua, leche, mantequilla y sal. Muchos le añaden para aromatizar agua de azahar o ralladura de naranja. A partir de ahí, las adaptaciones y, sobre todo decoraciones y rellenos, que se quiera. 

La receta tradicional de este brioche dice que hay que mezclar todos los ingredientes y que, cuando estén ligeramente unificados, se agrega un huevo y una pizca de sal. Así el rosco está listo para amasar encima de una superficie enharinada hasta que la masa quede elástica. Toca formar una bola y hacerle un agujero en el medio. Y, con sumo cuidado, ir estirando esta forma para agrandarla y dejarla reposar, mínimo una hora. 

Es un buen momento para ir precalentando el horno. Pasados los sesenta minutos, se pinta el roscón con huevo batido y se decora. Hay quien le pone por encima almendras fileteadas, simplemente azúcar granulado, o lo preparan con fruta escarchada. ¡Es cuestión de gustos! Le damos paso al horno, donde permanecerá el bollo durante unos 20 minutos o hasta que se dore. Y, una vez que se enfríe, estará ¡listo para comer!

Accesorios imprescindibles para saborear el Roscón de Reyes

En muchos hogares, es tradición disfrutar del roscón de Reyes con una taza de chocolate bien caliente. Si vuestra familia sigue esta confortable tradición no deben faltar en casa tazas, las más grandes y especiales, para un día irrepetible. 

Así que dale un toque festivo y original a tu mesa con esta mug kitty gris. No solo es única por su forma de gato, sino que es grande. ¡Preparada para 400 ml de chocolate navideño!

 ¡Ah! Y no te olvides tampoco unos divertidos posavasos, para que los más pequeños de la casa (y no solo ellos) puedan dejar sus tazas sin estropear el mantel navideño. Y, aunque es imposible no chuparse los dedos con este tradicional dulce, siempre es buena idea tener a mano un servilletero. 

Así, con esta estupenda, y dulce, tradición del Roscón de Reyes se da por finalizado el periodo de festividades navideñas y se pone punto y final a unos días llenos de magia, regalos e ilusión. ¡Estamos listos para el nuevo año!